Por Leni Villagomez Reeves
Hay dos asuntos al que tenemos que dirigirnos. Son relacionados directamente. Primero, hay que darnos cuenta que son las políticas y intervenciones directas de los EEUU que han producido condiciones inestables y violentas en México y la mayor parte de Centroamérica. También es necesario tomar en cuenta que discriminación y crímenes de odio contra los mexicanos tienen historia larga en los EEUU, y, desde el punto de vista de los que nos discriminen y ataquen, todos los que cruzan frontera desde el sur son “mexicanos.”
Las sublevaciones y protestas prendido por el asesinato por policías de George Floyd, y avivado por siglos de matanzas violentas de personas no-blancas a manos de las autoridades nos ponen enfoque nacional en la brutalidad de la policía y el legado de racismo y supremacía blanca. La frontera entre EEUU y México y la política estadounidense de trato de migrantes y refugiados llegando de México y Centroamérica son una parte significativa de este legado feo. La frontera, altamente militarizada, es un laboratorio para experimentos de seguridad represiva que han sido adoptados por departamentos de policía a lo largo del país. Los abusos de los derechos humanos allí son rutinarios y de rutina incluyen a niñas y niños – tanto con y sin sus padres. Miles de niños migrantes, que se conocen como “menores de edad no acompañados” han hecho el intento de cruzar la frontera México-EEUU, la inmensa mayoría de Centroamérica. A los gentes de la Patrulla de la Frontera y oficiales del CPB no se les han hecho responsables por sus muchas acciones de matar y abusar. ICE funciona en desafío directo de órdenes de las cortes que restringen sus acciones. Los migrantes y refugiados han sido cada vez más criminalizado y abusado entre mas se intensifica la “seguridad” de la frontera.
Y nos precisa decir de nuevo : los refugiados huyen hacia la frontera porque sus patrias se han hecho inaguantable por las políticas económicas de los EEUU, impuesto cuando sea necesario por violencia directa o organizada por los eEUU. (Los EEUU no podía tolerar ni un gobierno completamente centrista/reformista como lo fue el de Manuel Zelaya en Honduras, que fue derrocado por un golpe militar organizado por los EEUU en 2009.)
Otra parte importante de la historia persistente, fundamental y fea del racismo y supremacía blanca en los EEUU es la historia larga de racismo anti-mexicano que ha incluido deportaciones masivas – hasta de ciudadanos estadounidenses de ascendencia mexicana – segregación en las escuelas, discriminación en servicios y negocios, linchamiento, y violencia de la muchedumbre blanca. La violencia racial se utilizaba para lograr un control económico de blancos en las regiones antes parte de México. Aunque esto comenzó en los 1840 no es historia antigua: el FBI reporta 485 crímenes de odio contra “Latinos” en el único año 2018; y sabemos que esto es solo la punta del iceberg. La retórica anti-mexicana tiende a ser la inmediata provocación de estos crímenes pero vienen de una base sólida de política motivada por odio y racismo. También vienen de una forma de enseñar la historia que celebra la violencia contra mexicanos y indígenas, llamándola “progreso.”
Cuando nosotros queremos ofrecer visión del futuro y comentario en los sucesos importantes actuales, es imprescindible acordarnos que la supremacía blanca, el racismo, y la violencia racista es, ha sido, y sigue siendo problema serio para los pueblos originarios, los “mexicanos” (que en este sentido incluye tanto los de Centroamérica como los que nacimos aquí), personas de Asia y de la región del Asia del Pacífico, y sus descendientes . Es un error serio ignorar estos asuntos y contar o las historias o los asuntos actuales sin tomarlos en cuenta.
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Leni Villagomez Reeves es una doctora y activista local. Puede contactarla escribiendo a lenivreeves@gmail.com
