La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) se fundó el 23 de agosto de 1960, apenas ocho meses después del triunfo de la Revolución Cubana. Quien encabezó el movimiento por los derechos de las mujeres y la presidenta fundadora de la organización fue Vilma Espín. Esta mujer, que nació para ser revolucionaria, se graduó en 1954 de la Universidad de Santiago con el título en ingeniera química.
Poco tiempo después empezó a participar con el movimiento revolucionario en Cuba y se estableció entre los líderes y organizadores del alzamiento armado en Santiago, el 30 de noviembre del 1956, con el propósito de apoyar el desembarco del yate Granma, con Fidel Castro y otros 81 hombres, iniciando la lucha para derrocar al dictador Fulgencio Batista, que había suspendido las elecciones y tomado el poder en un golpe de estado en 1953.
Ella siguió en la lucha urbana clandestina hasta que fue “descubierta” por las fuerzas de la dictadura, y entonces se sumó al Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, incorporada en el Segundo Frente Oriental Frank País.
Después del triunfo de la Revolución, se dedicó toda su vida a la lucha de las mujeres cubanas por la igualdad. Es evidente que tuvo mucha influencia en el pensamiento de otros líderes revolucionarios. En la mera hora del triunfo de la Revolución, Fidel dijo, “ la mujer es un sector de nuestro país que necesita también ser redimido, porque es víctima de la discriminación en el trabajo y en otros muchos aspectos de la vida … Cuando se juzgue a nuestra revolución en los años futuros, una de las cuestiones por las cuales nos juzgarán será la forma en que hayamos resuelto, en nuestra sociedad y en nuestra patria, los problemas de la mujer, aunque se trate de uno de los problemas de la revolución que requieren más tenacidad, más firmeza, más constancia y esfuerzo.”
En 1960 Vilma Espín fundó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) para defender los mismos derechos para todos y poner fin a las discriminaciones, y siguió dedicada a la organización hasta que falleció. El trabajo de toda su vida fue asegurar que la mujer debía ocupar por fin el espacio social que le correspondía y contribuir plenamente a la edificación de la nueva Patria para todos. La FMC empezaba a transformar el papel de la mujer en Cuba.
Organizó los cursos de primeros auxilios, los cuales permitían la capacitación de las mujeres. Las mujeres se incorporaron a las Milicias Nacionales Revolucionarias. Mujeres y niñas participaron en la Campaña Nacional de Alfabetización, y luego se organizaron clases de costura. Posteriormente se estableció un plan para elevar el nivel educativo de las “amas de casa” a 6to grado y más tarde a 9no grado. Luego siguió la educación superior y oficios.
Vilma orienta y dirige las escuelas campesinas Ana Betancourt en 1961, y crea las Escuelas Nocturnas de Superación para Domésticas.
La Federación de Mujeres Cubanas incluye un 85% de las mujeres cubanas de 14 años en adelante. Los únicos requisitos para ser federada son tener 14 años y desear incorporarse a la organización. A lo largo de los años, la FMC ha tenido éxito en crear un ambiente social y político de apoyo para los derechos de las mujeres. Siguen algunos ejemplos:
Cuba legalizó el aborto en 1965, ocho años antes de Roe vs. Wade en los EEUU, y 23 años antes de la decisión equivalente de la Suprema Corte de Canadá. Es decir que Cuba fue el primer país en el hemisferio occidental que permite que las mujeres controlen sus propios cuerpos.
Dentro del sistema de salud gratuito, universalmente accesible, integral y a base de la comunidad, la interrupción del embarazo es un procedimiento médico a disposición de la mujer. Es ella quien decide.
Las mujeres que eligen el embarazo son apoyadas por este mismo sistema con atención prenatal excelente y respaldo comunitario que han reducido la tasa de mortalidad infantil a una cifra menor de la de los EEUU. La diferencia es aún mayor para madres negras y sus recién nacidos.
La licencia maternal y paternal también se garantiza. En este sentido, Cuba se alinea con las normas de la UNICEF.
En 1979, la Asamblea General de la ONU aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) y Cuba fue el primer país en firmarla y el segundo de ratificarla. Aún antes de esta convención, toda discriminación contra la mujer se había prohibido por la ley y la constitución cubana. Estas protecciones se han fortalecido y aumentado en las constituciones subsiguientes, la más reciente siendo la constitución de 2019.
Cuba ha creado y aprobado por referendo popular en 2022 un código legal que incluye el derecho de todas las personas a formar familia, que actualiza las definiciones jurídicas de instituciones de familia con normas inclusivas en vez de heteronormativas, que establece el derecho de todas y todos a una vida familiar libre de violencia, que trata a los niños y las niñas como la responsabilidad de sus padres en vez de considerarles de su propiedad, y que centra los valores de amor, afecto, solidaridad y responsabilidad.
Vilma Espín falleció en 2007. Sus restos se encuentran en el Mausoleo de los Combatientes del II Frente Frank País en Mayarí Arriba, en un monolito simple. Tuve la oportunidad de visitarlo el 26 de julio de 2024. La Federación de Mujeres Cubanas sigue en vida y ahora celebra su aniversario 64.
La Secretaria General actual de la FMC, Teresa Amarelle Boue, dijo hace poco, “No nos quedamos satisfechas todavía con lo que se ha logrado, debemos seguir adelante, para cerrar las brechas de género que todavía existen.” La historia de la Federación de Mujeres Cubanas nos indica que sin duda seguirán adelante.
Agradezco la colaboración e inspiración de Nora Cuello, federada fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas en 1960, por sus aportes al artículo.