(Nota del editor: Esta nota fue publicada originalmente en Caló News)
Los votantes latinos en California serán quienes determinen quién será el próximo senador federal que represente al estado más poblado de la nación, dice Chuck Rocha, un destacado consultor político nacional, al referirse a la vacante que quedará cuando la veterana senadora Dianne Feinstein, de 90 años, se jubile al final de su mandato el próximo año.
En la lista creciente de candidatos que compiten por el escaño hay tres congresistas californianos. En California los demócratas tienen una abrumadora mayoría, por lo que quien gane las elecciones primarias del 5 de marzo para representar a este partido en el voto nacional indudablemente pasará al Senado en la capital de la nación.
“Los latinos son quienes van a determinar quién será el senador en esa primaria y de ahí, tal vez en la elección general” de noviembre, dijo Rocha, quien hizo historia en 2016 como el primer latino que dirigió una campaña presidencial. El dirigió la campaña de Bernie Sanders, lo que resultó en su libro, “Tío Bernie: The Inside Story of How Bernie Sanders Brought Latinos into The Political Revolution”, que fue ilustrado por el galardonado caricaturista político Lalo Alcaraz.
“Lo que me preocupa”, dice Rocha, “es que ninguna de estas campañas para el Senado de California haya contratado a un latino como su agente principal. En su mayoría han contratado a firmas consultoras lideradas por blancos”.
¿Por qué son importantes los consultores políticos latinos?
“Los latinos son la parte del electorado de más rápido crecimiento. Por otra parte, están entre el grupo de votantes que más se deja convencer entre quienes participan en las elecciones. A menos que uno confíe en que los asesores blancos le digan cómo llegar a los latinos, cada campaña debería tener latinos en su equipo como responsables y como propietarios en firmas de consultoría”, dice Rocha.
“En la campaña de Sanders, la mayor diferencia que nos destacó fue que los estrategas senior latinos trabajamos para toda la campaña y no solo para el departamento latino. Gracias a ello, y debido a que tuve que dirigir toda la campaña con poco personal, pude asegurarme de que el programa de alcance latino formara parte de la estrategia de toda la campaña. Eso es algo que casi nunca se había hecho. Pero se hizo solo porque un latino era quien tomaba estas decisiones”.
Rocha agrega que durante demasiado tiempo las campañas demócratas han considerado el voto latino como sobreentendido.
“Suponer de antemano que uno sabe cómo votarán los latinos para concentrarse en otros grupos es una estrategia derrotista. En las últimas elecciones, en California hubo más movimiento de latinos al Partido Republicano que en casi cualquier otro estado. Hay una tendencia a alejarse de los demócratas en California. En gran parte esto se debe a la estrategia defectuosa que impusieron los asesores blancos del Partido Demócrata en el pasado.
Por eso no fue prioritario para ellos tener suficientes latinos en altos puestos de supervisión. Pensaban que los latinos de todos modos iban a votar por los demócratas. Fue una tontería”, dice Rocha a CALÓ NEWS, y agrega que los latinos también determinarán quién controlará el Congreso.
Hay 10 distritos electorales que tienen una población latina significativa. Están entre los distritos más grandes del país. Tres de ellos, en California. No solo contienen una numerosa población latina, sino que también tienden a ser distritos ganados por los republicanos en el lado del Congreso y por Joe Biden en el lado presidencial. Estos tres son parte de los 18 distritos del Congreso en todo el país que se dividieron de esa manera en 2020.
Ellos son: el Distrito 13 del Congreso, que incluye partes del Valle de San Joaquín. Allí, el republicano John Duarte ganó por muy poco al oponente demócrata Adam Gray: 50,2 % frente a un 49,8 %.
Luego, el distrito 22 del Congreso, que incluye parte del Valle de San Joaquín y la mayoría de los condados de Kings, Tulare y Kern y partes de Bakersfield. Se considera un distrito mayoritariamente latino (son el 46% de su población). En otra estrecha victoria, el también republicano David Valadao superó al demócrata Rudy Salas por 52%a 49%.
Finalmente, el distrito 27 del Congreso, que está representado por el republicano Mike García. Es el único distrito congresional controlado por republicanos que incluye partes de la ciudad de Los Ángeles. Se considera un distrito donde las minorías son mayoría. Allí, los latinos comprenden el 30% y los asiático-americanos el 38% de la población.
El consultor político Luis Alvarado agrega otro distrito a la mezcla: el Distrito 31 del Congreso, que se encuentra en las afueras de Los Ángeles y que dejará vacante la representante saliente Grace Napolitano. A sus 86 años es la integrante más antigua de la Cámara de Representantes, donde ha servido desde 1999. Aunque se espera que el escaño permanezca en manos del Partido Demócrata, Alvarado dice que hay un giro interesante.
Si bien Napolitano ya ha respaldado al senador estatal Bob Archuleta, “es un distrito latino bastante conservador, por lo que va a depender de quién será el más conservador entre todos los candidatos”, agrega Alvarado. El grupo incluye a un ex miembro del equipo de Napolitano y al ex congresista Gil Cisneros. En cuanto a los candidatos que compiten por el puesto de la senadora Feinstein, Alvarado cree que todavía es prematuro para definir la estrategia latina de las campañas.
“Ninguno de los tres candidatos ha dejado entender cuál es su estrategia para conectarse con el electorado latino. Hay movimiento a nivel local, pero no a nivel estatal. Todos están tratando de mantener su pólvora seca, sus dólares de campaña intactos, hasta que sea absolutamente necesario (gastarlos). Sabremos un poco más a partir de enero cuando comiencen a implementar su estrategia. Es diferente ahora, y si me hubieras preguntado hace ocho años, te habría respondido que ninguno de ellos tomaría en cuenta al voto latino”.
Julie Chávez Rodríguez, jefa de campaña de Biden.
La californiana Julie Chávez Rodríguez está haciendo historia como la primera latina en participar en la campaña de reelección de un presidente en funciones, si se queda para toda la campaña (la entonces directora de campaña de Hillary Clinton durante las elecciones de 2016, Patty Solís Doyle, fue la primera latina en participar en una campaña presidencial pero renunció después de varias derrotas en las primarias), y eso es increíblemente importante, dice Rocha, particularmente en esta campaña presidencial en la que se habla persistentemente del alcance latino limitado por parte de la campaña de Biden.
“Saben que hay un problema entre los votantes latinos y este presidente, y no creo que Julie Chávez vaya a dejar que los ignoren. A más de un año de las elecciones generales, creo que habrá muchos recursos disponibles, si Julie Chávez está a cargo, para que los latinos participen. Muchísimos latinos alcanzan en este ciclo la mayoría de edad, porque somos un grupo demográfico joven, pero los demócratas no les dedican suficiente tiempo para explicarles por qué son demócratas. Los republicanos simplemente ignoran a los más jóvenes. Pero ahora ves que los republicanos están comenzando a invertir dinero para hablar con los latinos. También el Partido Demócrata está gastando más que nunca en español para llegar a los latinos”, dice Rocha. “En el último ciclo electoral, el PAC de la mayoría del Senado gastó más en español que en toda la historia de las elecciones no presidenciales. Se despertaron después de que Trump consiguió un aumento de ocho puntos en el voto latino para los republicanos”.
Mientras Rocha y otros enfatizan la importancia de los estrategas latinos, Alvarado le dice a CALÓ NEWS que eso no significa mucho si no son “conocidos” y “andan ahí afuera”.
“Si reúnes a mil latinos en California y les preguntas quién es el director de campaña de Joe Biden, me sorprendería si dos de ellos supieran su nombre. Ella no ha sido prominente. Tener una jefa latina le da ventaja a la campaña para entender al electorado, pero no significa nada cuando construyes un plan, a menos que esa persona esté totalmente involucrada en ello. Todos sabían que George Stephanopoulos estaba al frente de la campaña de (Bill) Clinton o que David Axelrod estaba al frente de la campaña de Obama. Veías a un equipo en acción, sentías que eras parte de la toma de decisiones, podías ver crecer la campaña. No ves eso en la campaña de Biden. No ves que eres parte de eso. Esto no tiene ningún sentido”.
Noviembre de 2024 todavía está muy lejos. Pero eso no es excusa, agrega Alvarado. “La gente dice que es demasiado pronto para tomar decisiones. No es demasiado pronto. La gente va a votar en febrero”.
Según Alvarado, actualmente hay un vacío político por parte de la Administración Biden. “Todo lo que escuchas es sobre los republicanos. Aunque son malas noticias para los republicanos, esa es la única historia que escuchas. ¿Quién está definiendo mi mensaje? No hay entusiasmo en esta campaña”.
Kristian Ramos, un estratega demócrata en Washington, D.C., dice que el problema en este momento es qué mensajes enviar a los votantes latinos.
“Nosotros los demócratas lo armamos todo, reparamos todo, pero no vendemos nuestros logros. La recuperación económica ha sido notable. Hay más trabajos para los latinos, más pequeñas empresas latinas, mejor atención médica para los latinos, y las tasas de graduación universitaria han aumentado. El país enfrentaba problemas y ahora las cosas están mejor que antes. Pero por alguna razón no hemos visto que la gente lo promocione”, le dice a CALÓ NEWS.
“Cuando hablamos con los latinos en las encuestas, o en grupos de enfoque, es casi como si los últimos dos años no hubieran sucedido. Son conscientes de que están pasando cosas pero no los asocian con los demócratas y ese es el problema. Ellos (la campaña de Biden) necesitan decidir cómo contar la historia de lo que sucedió en los últimos dos años y medio de una manera que resuene en la comunidad. Lo hacen en parte, hablan de ello un rato, luego surge algo y no terminan de contar esa historia. Saben que tienen que hacerlo y han gastado más dinero que administraciones anteriores, pero no es algo sostenido. Tienden a saltar de crisis en crisis en crisis. Lo que han hecho es muy popular entre la comunidad, cuando la gente se entera. Las encuestas posteriores a las elecciones de 2022 mostraron que el 22% de los latinos no podía nombrar nada de lo que la administración de Biden había hecho para ayudarlos. Si vas a salvar al país, tómate el crédito por ello. Ofrece soluciones. Ese es el problema que tenemos por delante. Eso es lo que los votantes deben ver”.
Ramos cree que realmente va a empezar a remontar después de agosto, particularmente después de que la Cámara de Representantes y el Senado regresen de su receso después del Día del Trabajo (el 3 de septiembre).
“Los demócratas no pueden ganar sin maximizar la participación de afroamericanos y latinos. Creo que entienden que necesitan comenzar antes que en el pasado”, dijo Ramos.
Rocha es el director de campaña de la candidatura al Senado del congresista de Arizona Rubén Gallego, quien actualmente lidera las encuestas. Los latinos de Arizona votaron en números récord en 2022. Podrían hacerlo nuevamente en 2024.
Además de California y Arizona, Rocha dice que debemos prestar atención a otros distritos del Congreso con una población latina significativa, como en Nuevo México y Colorado.
“El voto latino es el electorado más crucial e importante en Estados Unidos en este momento. Y no solo porque son la población de más rápido crecimiento, sino también porque está creciendo más rápido en los lugares específicos donde se decidirán las elecciones presidenciales y la mayoría de las elecciones al Senado y al Congreso”, dijo Rocha.