El triunfo de la izquierda en chile el pasado 19 de diciembre de 2021, a través del presidente electo Gabriel Boric, marca un giro que comenzó hace 26 meses con el estallido social del cual fueron protagonistas las generaciones mas jóvenes.
Representa un gran triunfo y una nueva esperanza ya que esta vez gana una izquierda en un contexto social y político diferente a cuando Michelle Bachelet fue presidenta (2006-2010 y 2014-2018). Hoy se han visibilizado y puesto en debate social el sistema neoliberal que durante 30 años reguló al país, hoy se esta elaborando una nueva constitución.
Por otro lado, luego de semejante triunfo, de cara al porvenir hay que tomar en cuenta que si bien es un gran paso tener un presidente de izquierda, una vez asumido su cargo debe enfrentarse a un aparato que lleva décadas funcionando con la lógica neoliberal, debe enfrentar un congreso que cuida intereses privados por lo cual se encuentra sumamente deslegitimado por su pueblo, debe enfrentar una economía nacional dependiente de las potencias mundiales y la deuda externa, debe lidiar con los acuerdos comerciales internacionales, y más.
A mi parecer no debemos dejarnos engañar por el entusiasmo ya que el entramado económico y político chileno es un tejido neoliberal que ha sido ejemplo y modelo en América Latina. Al presidente electo Boric le espera una tarea titánica ya que tiene la mitad del electorado en su contra y la otra mitad que lo votó espera de él las transformaciones anheladas. Hay que sumarle a esto que dentro de la mayoría que lo votó, conviven la clase media y las clases populares, solo para mencionar actores sociales que llegado el momento van a ver enfrentados sus intereses ya que a ninguna clase media del mundo está dispuesta a perder sus privilegios en pos de un mundo mas justo.
No cantemos victoria porque la larga noche de los 500 años sigue sin ver su amanecer. Estamos viendo la punta del isberg. El panorama puede llegar a ser más alentador en el caso de que la región diera un giro a la izquierda, debemos esperar las próximas elecciones en Brasil y Argentina. Sería fundamental volver a consolidar un bloque regional para poder avanzar hacia verdaderos cambios ya que solamente a través de la unión regional podremos consolidar una autonomía económica y las transformaciones sociales que queremos.
Y por último recordar que no somos una izquierda única, por el contrario somos un crisol de izquierdas y tenemos que ponernos de acuerdo.
