Por Francisco Duarte
Apaguemos los fuegos, Reciclemos el plástico
Hoy también el día es gris, lo adorna un sol enrojecido flotando sobre un cielo cubierto de cenizas, de restos del bosque; cada pulgada de nuestro Valle Central está cubierto de partículas transformadas de su flora y de su fauna desaparecida. Estos fuegos han producido más de 30 millones de toneladas de dióxido de carbono que ya alcanzan a los cielos de Europa. Despertamos rodeados de fuegos históricos por la devastación de millones de acres —más de cinco ya— invitándonos a la reflexión sobre lo que estamos haciendo a nuestro planeta y la clase de mundo que estamos dejando a nuestros descendientes.
Esta devastación es la continuidad de lo que ha estado ocurriendo a nivel global durante las últimas décadas. Apenas lamentamos los fuegos sin precedentes en el continente australiano, los que aquí en California marcaron un récord y son ya superados por el desastre ecológico del momento; también arde el Amazonas. El costo del cambio climático es enorme en vidas, en viviendas, en la economía mundial. Según datos de la ONU hay 80 millones de desplazados en el mundo por el hambre y la guerra, y el número crece; el 80% de ellos viene de territorios secos y en países con inseguridad alimentaria debida en gran parte al cambio climático. Por razón de intereses y filosofías económicas encontradas, los líderes del mundo continuarán argumentando sobre el origen de los incendios, el avance del desierto, la desertificación a nuestro derredor sin decidirse a tomar acción argumentando el costo.
¿Qué papel juega el ciclo solar y cuál la actividad humana? Tal vez desconocemos números, pero el hecho es que las temperaturas están aumentando, que los glaciares y la nieve en nuestras montañas se derrite más temprano cambiando el ciclo de las estaciones con sus consecuencias. La renombrada investigadora y autora Naomi Klein afirma que para el 97% de los expertos nuestras actividades tienen parte de responsabilidad en ese cambio aunque no todos propongan las mismas soluciones. Quienes priorizan la economía de unos cuantos sobre la salud y el futuro del planeta se opondrán a regulaciones drásticas abogando por la utilización de combustibles fósiles con un mínimo de regulaciones a las empresas contaminantes. Quienes miran al futuro por la preservación de nuestras especies y de la raza humana, proponen cambios hacia el uso de energía limpia, la utilización de artículos biodegradables argumentando por una economía que sea sustentable, o sea que podamos servirnos de los recursos de la naturaleza sin causarle daños irreversibles.
Afortunadamente tenemos dos caminos de acción: la acción pública relacionada con la educación buscando concientizar a la población sobre las consecuencias de nuestras prácticas de cada día, aunada a la implementación de leyes que regulen el consumo de artículos no degradables, que impongan regulaciones más estrictas a las industrias contaminantes y a nuestras prácticas de consumo. La segunda línea de acción son nuestras prácticas de consumo y reciclaje. Solo con mirar a nuestro derredor nos damos cuenta que vivimos en un mundo de plásticos, material proveniente de un recurso fósil como el petróleo. Para darnos cuenta de la amenaza de este material a la ecología anotamos que, según Science Advances, hay en el mundo unas 8.3 billones de toneladas métricas de plástico y de ese número 800,000 toneladas flotan en The Great Pacific Garbage Patch, que son como basureros marítimos. Este material en los ríos, en los mares y en la superficie terrestre daña a nuestra flora y fauna en tierra y en las aguas tardando potencialmente centenares de años en degradarse mientras que su producción causa un daño incalculable al sistema de vida del planeta.
Un asunto muy práctico en lo que todos podemos participa: usemos la menor cantidad de de plástico posible, compra o prepara tus bolsas biodegradables para ir de compras, no compres botellas de plástico, sustitúyelas por material de vidrio de uso permanente e instala un filtro de agua en tu cocina. Recicla siempre aunque te parezca que es muy poco lo que haces. Cuando somos millones haciendo nuestra parte se lograrán metas muy significativas, un planeta más sano y más libre. Y algo de suma importancia, no olvides elegir líderes que tomen en serio el cambio climático, este es un asunto de sobrevivencia para todos.
*****
Francisco Duarte nació en México y es un activista de Fresno. Pueden contactarlo en fresnohouse@hotmail.com