Alumna de la maestra Rosa Gamez, Bullard High School
Sheila y Yo somos una hecha en dos. Dos versiones completamente distintas. Sheila es una chica insegura a quien le importa mucho lo que la gente piensa de ella. A veces, demasiado. Sheila usa el maquillaje ya la ropa para esconder sus inseguridades. En cambio a mí, no me importa lo que la gente piensa. Me canso de ponerme una máscara diario para darle gusto a Sheila. Ella es una perfeccionista. Yo soy más libre.
A Sheila le importa mucho la escuela y tener buenas notas, hace todo lo que puede para salir adelante y escapar la vida que tiene ahora. Yo quiero vivir sencillamente y más tranquila pero la parte egoísta de mí, -Sheila- no se quiere conformar.
Sheila es vanidosa, ella me opresa, me echa de menos, me hace sentir fea no sólo en lo físico sino también en lo mental. Mis sentimientos no son justificados por ella. A mí me encanta leer y perderme en las palabras, en las páginas… Somos como una balanza desequilibrada, pero de una manera rara nos equilibramos.
En los diecisiete años que llevo con Sheila creo que hemos llegado a formar una relación íntima. Yo admiro las partes más egoístas de ella y ella admira las partes más sinceras sensibles de mí. Suena tóxico, pero aseguro que no es así.
Algún día quisiera que en lugar de ser dos personas fuéramos una sola, que nuestras diferencias se hicieran igualdades. Pero por ahora tengo que delirar con mis dos personalidades.