Por Leni Villagomez Reeves
En el mundo aproximadamente 1.5 millones de personas mueren de tuberculosis cada año, enfermedad contagiosa y curable. Esto no se considera un problema en Estados Unidos por no ser NOSOTROS, sino “aquella gente” la que se muere, y se considera poco probable de que ELLOS nos contagien.
Cuando la epidemia de COVID-19 empezó a causar enfermedad y muerte en EE.UU, al principio la población en general se sintió en alto riesgo y se comportó de manera responsable ante este posible alto riesgo. Las mascarillas, la tendencia a evitar lugares públicos y el evitar el contacto con otras personas, todo esto era casi universal en marzo 2020. Pero entonces las estadísticas empezaron a conocerse. Y dicen que los ancianos son los de mayor riesgo. La inmensa mayoría de las personas de la tercera edad todavía observan las precauciones recomendadas.
Entonces se conoció que, por razones complejas que todavía requieren más análisis, indígenas, gente de México y Centroamérica (entre ellos muchos que son de ascendencia indígena o mestiza) y personas negras son los que más peligro tienen de contagiarse con este virus y de morir a causa del mismo. Paulatinamente se empezaron a ver cambios en la conducta de muchos jóvenes blancos y personas blancas de mediana edad. Claro que esto se aceleraba por la politización obvia del asunto. Sin embargo, si se hubiesen sentido con alto riesgo de muerte, no se hubieran comportado de manera irresponsable, a pesar de las palabras y ejemplo de su querido führer (Palabra alemana que significa “jefe”. Así le decían a Hitler, lider nazi de Alemania y aquí se usa irónicamente para mencionar a Trump, N. del E.). Ya saben quien se va a morir y estadísticamente no son ellos —aunque han salido algunas sorpresas al respecto— y así es que les importa poco. De igual manera ignoran todas las otras muertes de aquellas personas allá, en otras partes del mundo.
Los y las ancianos/as se ven como más que sacrificables, casi una reducción “positiva” de la población.
Las sugerencias de que los viejitos se deben sacrificar “para ayudar la economía” salieron relativamente temprano en el curso de la pandemia. Aún cuando no había pandemia, los y las mayores de edad no se consideran bienes económicos en la cultura de los EEUU. El Seguro Social ¿no sería mejor si no se tuviera que pagar?
El Seguro Social se financia por un impuesto de 6.2% que pagan tanto los empleados como las empresas. Todo va a un fondo fiduciario del Seguro Social, que ahora tiene suficiente dinero para pagar todos los beneficios hasta 2035. Actualmente 65 millones de personas reciben beneficios del Seguro Social. La mayoría de los beneficiarios jubilados y personas con discapacidades dependen del Seguro Social para la mayoría de sus ingresos.
La resolución de Trump del 8 de agosto obliga al Departamento del Tesoro a que demore el pago de este impuesto desde septiembre a diciembre 2020, para todo trabajador que gane menos de $100,000 al año. Como la ley que requiere la retención de impuestos por parte de la empresa todavía está vigente, esta resolución trumpiana significa solamente que el dinero no se pagará al Seguro Social de manera puntual.
Pero Trump sugiere que, si tiene la oportunidad, va a eliminar permanentemente los pagos de impuestos al Seguro Social. Y si esto sucede, el fondo fiduciario quebrará y no podrá pagar beneficios completos a partir de 2026. ¿Ya mencionamos que la mayoría de jubilados y discapacitados dependen del Seguro Social para la mayoría de sus ingresos?
Las y los trabajadores de bajos ingresos, esenciales para la economía y en su mayoría Chicanx, se consideran desechables y sustituibles.
Los números
El condado de Fresno no ha producido buenas estadísticas de esta pandemia, igual que otros lugares de los EEUU. El registro de datos del COVID-19 del condado de Fresno analizó datos de las muertes según su raza hace 2 semanas, cuando el número total de muertos confirmados era 138 —ahora cuando escribo en 15 agosto hay muchos más de 200. Sus categorías son “Hispano, Blanco no-hispano, y Otro/desconocido”.
Aquí los muertos de COVID-19 confirmados, según sus clasificaciones: “Hispano 63%,
Blanco-no-hispano 28.3%, Otro/desconocido 8.7%” (¿”Desconocido” significa que nos nos importaba averiguar quienes son?)
El Condado de Fresno, según los datos del censo, es 54% Hispano, 28.6% blanco, 11% Asiático, 6% Negro, 3% “Indio americano”. No es culpa mía que esto exceda el 100% aún sin incluir el 3% de “raza mixta” —pues no son mis números, ni mis categorías.
(Los casos positivos por COVID-19 se presentan con diferentes clasificaciones étnicas: “Hispano, Desconocido, Otro, Asiático, Blanco, y Negro”. Aquí los números: Hispano 51.2%, desconocido 29.7%, otro 3.5%, Asiático 3%, Negro 1.8%, and Blanco10.8%. El número tan grande de desconocidos hace imposible analizar estos datos.)
Muertes por COVID-19 suceden desproporcionadamente en la comunidad Chicana, ¿Por qué?
Muchas de las razones son las misma razones que causan mortalidad desproporcionada en la población negra en otras partes del país. No tenemos un sistema de salud y las “industrias de la salud” son diferenciadas y desiguales. Un factor enorme es el costo. Es mucho más probable que las personas no-blancas no tengan seguro médico. Aunque la industria del seguro vincula el seguro de salud con el trabajo, esto no incluye muchos tipos de trabajo —la agricultura, los sectores de servicios, los trabajos de sueldos bajos y sin beneficios. Sí existe Covered California, pero encontrar un doctor que acepte ese seguro es bien difícil, y es casi imposible conseguir un especialista. El precio de la prueba de COVID no es barato para una familia. Otro factor es la disponibilidad. Tenemos la suerte de que la ciudad de Fresno no sea “desierto sanitario”, debido en gran parte a la presencia de programas de capacitación de médicos (residencia). Pero no tienen igual suerte las comunidades pequeñas donde reside mucha gente Chicana y de bajos ingresos. Otro problema son los datos —aquella categoría inmensa de “no sabemos ni queremos saber” hace difícil saber qué sucede de veras y asimismo difícil tomar decisiones y hacer planes eficaces. Un problema enorme sigue siendo el racismo. La gente no-blanca se ha sentido maltratada y despreciada en situaciones de atención médica. No tienen razón para confiar ahora. Un riesgo enorme es el tener que estar en el trabajo, expuesto al virus.
¿Cómo es que EE.UU no puede controlar la pandemia, cómo hicieron otros países?
Ahora no hay manera de sacar ganancia con la prevención ni con controlar la pandemia, así que aquí no hay posibilidad de que esto suceda pronto. “El capitalismo no tiene ni la capacidad, ni la moral, ni la ética para resolver los problemas de la pobreza”, dijo Fidel Castro hace 30 años, y es obvio que esto es verdad también para los problemas de una pandemia. Mientras, aquella gente del tipo de “Todos las vidas importan” (en contraposición a “La Vida Negra Importa”) allí se encuentran, dando sus vueltitas en público sin mascarillas, mostrando claramente que las únicas vidas que les importa son las suyas.
*****
Leni Villagomez Reeves is a local physician and activist. Contact her at lenivreeves@gmail.com. Check out her news and views about Cuba on Facebook (fresnosolidarity/).