Covid 19 ya a tomado la vida de más de 800 mil personas en EE.UU. con la variante Omicron como catalizador. Y con nuestras adicciones a las fiestas de vacaciones, compartiendo espacios cerrados sin máscaras en aviones, y sentados junto a otras personas en bares y juegos de futbol, no podemos esperar otra cosa que una tragedia. En febrero es posible que no tengamos el Super Tazón sino el Tazón Corona o el Tazón Resurgimiento, con el resultado de miles de muertes.
El virus Corona se alimenta del invierno. No solamente tenemos ahora la variante dominante Omicron pero la Delta todavia está presente. Y existe el peligro de que surja otra variante de esas dos. Y por si no fuera suficiente, estamos en la estación de la influenza y resfriados, que generalmente debilita nuestro sistema inmunológico, algo que ayudaría a la variante Omicron —altamente contagiosa— a que se extienda.
Omicron parece que no es tan mortal como la variante Delta, pero igualmente está mandando mucha gente al hospital, especialmente a los que se negaron a vacunarse. 86% de las personas hospitalizadas y 96% de las fallecidas son no-vacunadas. Omicron está afectando a los más jóvenes. Omicron duplicó los contagios en niños de 0-5 años, 25% de estos niños en el condado de Los Angeles están en terapia intensiva y ventiladores, y 1 de cada 100 niños muere. Omicron también afecta a las personas vacunadas —menos gravemente— pero el aumento de hospitalizaciones pondrá en riesgo nuestro frágil sistema de salud antes de que termine el invierno.
Es crucial que cambiemos nuestro comportamiento antes de que sea demasiado tarde.
