Después de casi medio siglo reportando una gran variedad de noticias y aportando punzantes columnas de opinión en inglés y español, Juan Esparza Loera se jubiló de su puesto en el periódico The Fresno Bee. Esta cadena, que incluye periódicos en Fresno, Modesto y Sacramento, fue su casa durante más de 40 años.
“Al principio yo quería ser abogado, pero tenía pocos recursos y pensé que me llevaría mucho tiempo lograrlo”, dijo Esparza durante una entrevista telefónica.
Esparza nació al sur de Ciudad Juárez, México, “en el rancho de mis abuelos”. Su madre era mexicana y su padre estadounidense. A los dos años sus padres lo trajeron a Texas. Luego de una breve residencia en Nuevo México, llegó a Earlimart siendo un adolescente.
Después de graduarse de la Preparatoria Delano High, donde escribía para el periódico escolar y sacaba fotos, ingresó al Bakersfield College.
“Allí empecé a escribir crónicas deportivas. Me pagaban 25 centavos por pulgada. O sea que por un artículo de 20 pulgadas yo recibía $5 dólares. Nada mal en esa época. Para mí estaba bien porque mi renta era de $50 dólares al mes porque compartía vivienda con dos amigos”, recuerda Esparza.
Ingresó a la escuela de periodismo de Fresno State. Siendo estudiante colaboró con The Fresno Bee cubriendo deportes. Después de graduarse regresó dos años a Bakersfield para trabajar en The Californian y el 1980 ingresó al periódico The Modesto Bee, donde desarrolló una extensa carrera de periodista en distintas capacidades.
En 1990 fue nombrado editor y director del nuevo periódico bilingüe Vida en el Valle, orientado a la comunidad latina. Este periódico tuvo ediciones en Fresno, Modesto, Merced y Sacramento. Llegó a publicar más de 165.000 ejemplares semanales y recibió numerosas distinciones. Hace aproximadamente dos años dejó de publicarse como parte de la crisis social y económica que padecen los periódicos impresos en Estados Unidos.
Esparza fue entonces nombrado Editor de la sección de Opinión de The Fresno Bee, Esparza fue entonces nombrado editor de la sección de Opinión de The Fresno Bee, puesto que mantuvo hasta su jubilación, ocurrida el pasado 14 de noviembre. “No fue mi decisión, ocurre que la empresa tuvo que cancelar unas 130 posiciones debido a problemas financieros”. Sin embargo Esparza dice sentirse feliz por su larga trayectoria profesional y por las oportunidades que le fueron ofrecidas. Por ahora, asegura, quiere descanzar y luego pensará cuál será su próximo proyecto..
“Durante mi carrera, he tenido la oportunidad de entrevistar a muchas personalidades, como Shakira, Los Tigres del Norte, Selena, Little Joe… Hillary Clinton, Alex Padilla, Kamala Harris, Antonio Villarraigosa, y políticos locales”, recuerda Esparza. “Cubrí muchos partidos de fútbol en distintas ciudades, también reporté sobre las convenciones del Sindicato de Campesinos (UFW, por sus siglas en inglés), y más. Pero lo más emocionante para mí fue conocer gente del Valle, gente trabajadora, que sueña con hacer lo mejor para sus hijos.
“Recuerdo esa chica que en su ceremonia de graduación le entregó una placa a sus padres en agradecimiento por su apoyo para estudiar; o las personas que participan en la cabalgata anual de Joaquín Murrieta; o aquel restaurantero que empleaba y entrenaba trabajadores que después ellos abrían sus restaurantes”, dice emocionado Esparza.
Precisamente Esparza destaca que en Vida en el Valle, él le pedía a sus reporteros no caer en estereotipos y enfocarse en la versatilidad y diversidad de intereses y talentos de nuestra comunidad.
Esparza no descansaba. Podía viajar a Los Ángeles para cubrir una nota y regresar ese mismo día a Fresno para participar en otro evento. “Bueno, creo que ahora tendré tiempo para descansar”, dice riéndose—aunque es difícil creerle. “Cuando haces lo que te gusta no te cansas”.
El movimiento Chicano tuvo una importante influencia en la formación cultural y ética de Esparza.
“Yo estaba en Delano High cuando ocurrió, además en esa ciudad surgió a mediados de los 60s el Sindicato de Campesinos y fue el epicentro de la organización de la huelga campesina”, comenta Esparza. Fue, además, compañero de escuela de Paul Chávez, hijo del líder campesino César Chávez. Y aunque no se unió al movimiento, vivió de cerca la atmósfera y la dinámica emocional de esa lucha histórica.
Esparza destaca la importancia de la presencia de las mujeres campesinas. “Ellas son el corazón de nuestra comunidad, son inteligentes, proveen para sus familias… Respeto mucho lo que ellas hicieron en esos tiempos y lo que siguen haciendo… Esto me inspiró y me sigue inspirando”.
Pero, ¿se jubila realmente Juan Esparza? Por ahora no tiene que levantarse temprano ni correr a una conferencia de prensa. Pero sin duda seguirá aportando con sus historias, relatos, columnas y fotos a la historia del Valle como lo ha hecho desde hace cinco décadas. Su experiencia, dedicación y talento son parte del patrimonio de nuestra comunidad.
