Juan Trujillo Limones
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, agosto 2021. “Waj’ab’al, es una palabra que camina, es como este tambor y sus sonidos”, explicó en esa tarde fría de otoño afuera de la ermita de la comunidad Alberto, tojol’ab’al y base de apoyo zapatista. Según los ancestros, la palabra se expresa a través del aire, humo, aliento. El pasado 16 de julio, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) comunicó el envío aerotransportado de 177 miembros del movimiento, entre milicianas y otras comisiones, hacia Europa. El proyecto: la Extemporánea, que supone, por un lado, honrar y revivir el potente legado de la indígena tsotsil comandanta Ramona, y por el otro lanzar una iniciativa de lucha nacional. ¿Qué implicaciones tienen estas audaces propuestas?
En una extraordinaria propuesta política y social, el nuevo despliegue de un viaje con comisiones que se encontrarán y reforzarán el trabajo del Escuadrón 421 (ya en Europa) representa, en la práctica, la oportunidad para fortalecer el puente de solidaridad política con la sociedad europea. Impactará los espacios de esa otra Europa de los colectivos y organizaciones hasta incluso hacer visible la puntual responsabilidad de algunas empresas europeas involucradas en los megaproyectos capitalistas de “desarrollo” como el Tren Maya.
Desde el corazón del esfuerzo de educación autónoma, donde los frutos de la educación han sido notables, el movimiento indígena zapatista habla y despliega símbolos con una nutrida creatividad. Se trata de una cultura política popular que incluso articuló dos “puestas en escena”, no sólo de la re-creación pedagógica de una réplica física de la embarcación la “Montana” que atravesó el océano Atlántico en junio. Ahora el lanzamiento de la Fuerza Aérea Zapatista con el envío del Comando Palomitas, de las milicianas en su modalidad de equipo de futbol y, además, el desafío de llevar al mando militar del EZLN, el subcomandante insurgente Moisés. En caso de lograrlo, el efecto político de su participación en reuniones públicas generaría un potente mensaje de consciencia que le da sentido a la palabra colectiva de las siete lenguas que conforman la dirección política del movimiento. Se trata de la waj’ab’altik nosótrica que como aliento desde 1994 sigue expresando audazmente: ¡Despertad!
La Extemporánea ha sido preparada desde octubre de 2020 y se conforma de una comisión transgeneracional de encargados de “Escucha y Palabra”. Eso, desde la perspectiva de las lenguas mayas como la tojol’ab’al, supone comprender la ‘ab’al en sus dos acepciones: la palabra dicha y la escuchada. En el núcleo de este mensaje reside la experiencia de lucha de los siete pueblos que comprenden al movimiento y a sus generaciones desde su fundación (1984), el levantamiento armado (1994), los acuerdos de San Andrés (1996), la Marcha del color de la Tierra (2001), la fundación de los Caracoles (2003), la otra campaña (2006), la Escuelita Zapatista (2014), la postulación de Marichuy a la presidencia (2018) y la Travesía por la Vida (2021).
Que el equipo “Ixchel Ramona” de 36 mujeres indígenas y milicianas pueda alcanzar los campos deportivos en países europeos tiene un doble mensaje simbólico: la fraternidad con otras compañeras y el ejemplo del trabajo en equipo desde la disciplina militar. Es decir, no sólo se trata de “deportistas”, sino de quienes han entrenado en montañas y selvas para integrar el trabajo colectivo.
Durante el periodo del Clásico maya se representaba a Ixchel como a una deidad o anciana vaciando un cántaro de agua sobre la tierra o con la imagen de una abuela tejiendo en un telar de cintura.
Ramona, comandanta tsotsil de los Altos, fue una veterana formada en la teología de la liberación, sembró las semillas de la Ley Revolucionaria de Mujeres (1993) y fue la primera zapatista en salir del territorio rebelde rompiendo el cerco del Ejército en 1996. El mismo año, Ramona participó en la Convención Nacional Indígena y en el primer Congreso Nacional Indígena (CNI). En su última acto en 2005, regaló un tejido multicolor a la sociedad civil.
Las mujeres “ramonas” que jugaran en los campos europeos llevan en sus espaldas el legado de la abuela. Jugarán con ella a dos bandas: la del pasado y la del futuro. Revivir un legado es un arma simbólica de la política popular, una genialidad maya zapatista. Ramona convertida en cada número siete de las 36 mujeres milicianas imprime un entusiasta mensaje de defensa de la vida encarnada en mujeres rebeldes. En las comunidades, la jnantik ixaw, nuestra madre luna, como a las estrellas, son consideradas las guías para encontrar la sabiduría.
Así, la comisión del Congreso Nacional Indígena-Concejo Indígena de Gobierno que intentará llegar a Europa supone también articular nuevos canales comunicativos e interpelar a la sociedad desde sus experiencias de resistencia: maya originaria, popoluca, binizá, purhépecha, raramuri, otomí, naayeri/wixarika y nahua. Lo mismo, el ejemplo de insubordinación del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua de Tlaxcala, Puebla y Morelos.
Por si fuera poco, los niños del “Comando Palomitas” develan el potente mensaje que apareció en los últimos comunicados zapatistas en imagen y video: jóvenes montados en el barco y el avión. Una re-invención e intervención de un principio de esperanza en el agua y el aire; una estupenda “puntada” zapatista que proviene del corazón de su propuesta creativa. Esto es impensable sin el avance del proyecto autónomo educativo en la región Tzoj Choj que indudablemente ha logrado, más allá de un programa alternativo, la consolidación de importantes resultados en la pedagogía de la liberación indígena sembrados en el trabajo colectivo. Éste se expresa en teatro, pintura, danza, música, dibujo, computación, historia, matemáticas, así como enseñanza y comunicación bilingües.
La iniciativa nacional y el llamado a participar en la Consulta Popular del 1 de agosto para apoyar el derecho a la verdad y a la justicia de las víctimas de la violencia supuso un renovado aliento de esperanza para la tan golpeada sociedad mexicana. La interpelación “extemporánea” pretende, brillantemente, conectarse con la propuesta nacional.
Ramona falleció el 6 de enero de 2006, días en los que la tragedia de la guerra se asomaba en los valles y montañas de México. Hoy, las y los zapatistas hacen caminar el legado, memoria y acción de quien en su tejido multicolor imaginó un mundo en paz, donde caben todos los colores de los muchos mundos posibles.
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Juan Trujillo Limones es periodista periodista y antropólogo mexicano, su contacto es: xaureme@protonmail.com