Cocina Comunitaria Ayudará a Vendedores Ambulantes

Genoveva Islas, Directora de Cultiva la Salud, durante la entrevista con Community Alliance. Foto de Peter Maiden
Genoveva Islas, Directora de Cultiva la Salud, durante la entrevista con Community Alliance. Foto de Peter Maiden

Los vendedores ambulantes son ya parte del paisaje de las ciudades y pueblos del Valle. Su presencia es más notoria durante eventos públicos, desde deportivos y culturales hasta protestas políticas. El estilo de los carritos que empujan bajo el ardiente sol o la lluvia depende del producto que ofrecen, no es lo mismo el carrito del elotero que el del vendedor de paletas o de hot dogs.

La comida que ofrecen es algo más que nostalgia—pensemos en los elotes bañados de queso y chile (y a veces también con mayonesa), o en los refrescantes raspados o fruta picada. Durante el verano del Valle no sorprende que se nos antoje una paleta.

Y aunque disfrutamos de los productos que ofrecen, pocas veces pensamos en que los vendedores ambulantes son trabajadores que pasan largas horas recorriendo calles y parques en búsqueda de clientes y que tienen una familia que alimentar. Tampoco pensamos en dónde producen o cocinan lo que venden.

Y precisamente este aspecto es crucial para su sobrevivencia ya que no siempre cumplen con los requisitos sanitarios y permisos municipales. Esto muchas veces ocasiona que sean multados.

“Las leyes exigen que la comida que venden los vendedores ambulantes esté preparada siguiendo precisas reglas de sanidad, esta comida podría estar preparada en una cocina comunitaria certificada por las autoridades de sanidad”, dice Genoveva Islas, Directora de la organización Cultiva la Salud, de Fresno, que está liderando un proyecto de cocina comunitaria para favorecer a los vendedores ambulantes que no tienen la capacidad de cocinar de acuerdo a los estrictos controles sanitarios. La Ciudad de Fresno ha donado $700.000 a Cultiva la Salud para su proyecto de cocina comunitaria. 

La calidad de los alimentos que consumen sectores sociales de bajos recursos es cuestionable y afecta la salud y el bienestar de las personas.

“Nosotros promovemos el bienestar de la sociedad, la salud de la comunidad. Para esto las personas necesitan alimentarse bien y ser activos. En las comunidades y vecindarios de bajos ingresos hay más restaurantes de comida chatarra, más tiendas de alcohol y menos tiendas que venden comida o productos más frescos y saludables” afirma Islas. Hace unos años, la universidad estatal de Los Ángeles (UCLA) realizó un estudio en el área de Fresno y comprobó que la población local tiene 5 veces más acceso a comida chatarra que a alimentos saludables”.

En Fresno, los comercios que venden o preparan comidas más saludables están ubicados en el norte de la ciudad, una zona habitada por personas de mayores ingresos que en el sur.

El consumo de productos más baratos pero menos saludables es una práctica común en áreas de bajos ingresos, donde las opciones son mucho más limitadas. La gente crea hábitos, y éstos afectan la salud y hay más enfermedades.

“Nosotros decidimos hacer algo. Empezamos a trabajar con unos agricultores Hmong y la National Hmong American Farmers Association para establecer 5 puestos de venta de productos frescos en una escuela en el sureste de Fresno y esto fue bien recibido por la gente. No es que no quieran comer saludable, el problema es el acceso”, dijo Islas. “El problema es que para vender comida chatarra—chips, sodas, etc—no se requiere ningún permiso, mientras que para vender comida saludable hay requisitos. Es por esto que hace falta una cocina comunitaria, para que los vendedores puedan cocinar de acuerdo a los requisitos de las autoridades, y también para que sea un lugar donde se entrenan y toman cursos”.

Cultiva la Salud ya cuenta con un edificio para la futura cocina comunitaria, se trata de una vieja lavandería ubicada en el centro de Fresno. Las oficinas de Cultiva la Salud estarán en la parte superior y ya están trabajando en la remodelación del edificio.

“El presupuesto es de 3 millones de dólares, ya recaudamos dos millones”, dice con entusiasmo Islas. “Tenemos que considerar quienes la usarán, cada persona quizá cocine comida diferente. Pensamos que unos 50 vendedores podrían usar la cocina. Y también tenemos que pensar en la logística, que no será fácil. La cocina también será un lugar de entrenamiento”.

El sueño de Islas de crear una cocina comunitaria está cada vez más cerca de convertirse en realidad. 

El Costo de Cumplir con la Ley

La Asociación de Vendedores Ambulantes es una organización independiente creada hace tres años en Fresno. Su líder es Miguel López y cuenta con aproximadamente 40 miembros. En los últimos meses, la Asociación ha estado negociando con la Ciudad y el Condado de Fresno para lograr que más vendedores obtengan sus permisos para poder vender, esto implica que los carritos usados por los vendedores deberán ser aprobados. A partir del 1ro. de julio, las autoridades exigirán los permisos. Quienes no lo tengan deberán pagar una multa. 

“Un carrito elotero cuesta entre $8 y $9 mil dólares, depende del material usado”, comentó Miguel López. “No creo que todos los vendedores puedan tener su carrito para el 1ro. de julio, parece que están atrasados en la entrega”.

López estima que debido al alto costo del carrito y a la demora en la entrega, muchos eloteros decidirán ya no vender elotes. Otros productos, como frutas frescas, solo requieren el permiso de la ciudad.

“Si están un poco caros, pero lo veo como negocio. Y además ya no nos va a molestar la autoridad, vamos a poder circular y vender más tranquilos”, dice López. “Llevo 16 años como vendedor ambulante, y hasta aquí nunca hubo control ni orden… Entonces vienen a vender personas de otros pueblos porque ven que en Fresno no les piden nada. Como Asociación queremos que todos tengan permiso para vender, no importa de donde vengan.”

Los vendedores ambulantes enfrentan serios riesgos en su trabajo, explica Lopez. Desde personas que no les pagan sus productos, hasta acoso y violencia física. En Fresno, en 2023 fue asesinado el vendedor Lorenzo Pérez, de 45 años, durante un robo. Este crimen generó presiones de la comunidad para que la ciudad proteja más a los trabajadores en las calles. Las negociaciones para que los vendedores obtengan permisos y el apoyo al proyecto de la cocina comunitaria son parte de la respuesta de Fresno.

López estima que este proceso es de beneficio para todos. “Tenemos derecho de vender pero también tenemos obligaciones”.  

Author

  • Eduardo Stanley is the editor of the Community Alliance newspaper, a freelance journalist for several Latino media outlets and a Spanish-language radio show host at KFCF in Fresno. He is also a photographer. To learn more about his work, visit www.eduardostanley.com.

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