Por Pilar Marrero
La fase de auto-respuesta del Censo de los Estados Unidos se puso en marcha el 12 de marzo, y líderes de los diversos grupos étnicos recordaron a sus comunidades las numerosas protecciones legales y de privacidad garantizadas por la ley federal para que las personas participen en el recuento decenal.
También los alentaron a que la gente continúe “auto-respondiendo” al cuestionario del Censo por teléfono, en línea o por correo, y esbozaron los pasos que seguirán para movilizar a las comunidades. Indicaron que la emergencia sanitaria del Covid-19 es un desafío adicional en el Censo 2020 que estarán confrontando.
“Alentamos a nuestras comunidades a proteger su salud y a participar en el Censo ahora”, dijo Jery Green, Asesor Superior del Censo 2020 de la Liga Nacional Urbana, una organización de defensa de los derechos de la población afroamericana, incluyendo afro-inmigrantes.
Los líderes enfatizaron que la mayoría de los estadounidenses ahora pueden auto responder al Censo en la privacidad de sus hogares sin tener que reunirse con un encuestador oficial. Por ejemplo, las personas pueden ir a https://2020census.gov/ y responder a nueve preguntas (aparte de siete por cada persona de la casa que no sea la que llena el cuestionario). También pueden responder por teléfono o en forma impresa.
Varias organizaciones han organizado campañas masivas para ayudar a sus comunidades a maximizar su participación, dado que los datos reunidos por el Censo de los Estados Unidos se utilizan en la distribución de recursos, la financiación de servicios y la representación política mediante el diseño de distritos para el Congreso, las legislaturas estatales, etc.
Beth Lynk, Directora de la campaña de recuento del Censo para el Fondo de Educación de la Conferencia de Liderazgo, dijo que el Censo es “una de las cuestiones más urgentes de derechos civiles a las que se enfrenta el país y que ahora mismo cada persona en los Estados Unidos tiene la oportunidad de garantizar un recuento justo y completo a todas las comunidades”.
Sabiendo que hay mucha preocupación sobre la privacidad y el uso de los datos que compartirán con el Censo, los líderes recordaron que esos datos están protegidos por varias leyes.
John Yang, presidente y director ejecutivo de Asian Americans Advancing Justice (AAAJ) señaló que las leyes que rigen el uso de los datos entregados a la Oficina del Censo de los Estados Unidos son “las protecciones de la privacidad más estrictas permitidas en los Estados Unidos”.
Los estadounidenses de origen asiático se encuentran entre las comunidades en las que hay muchos inmigrantes indocumentados y hogares de condición mixta, lo que crea desconfianza hacia el gobierno y podría afectar a un recuento completo. Cada persona que vive en los Estados Unidos antes del 1 de abril debe ser contada, y eso incluye a los inmigrantes indocumentados.
“La disposición de confidencialidad conocida como Título 13 impide que el gobierno utilice los datos del censo para cualquier otro propósito que no sea el estadístico”, dijo Yang. “Más importante aún, la Oficina del Censo y sus empleados no están autorizados a compartir los datos con ninguna otra agencia o funcionario del gobierno por ningún motivo”.
Cierta información recogida por el Censo no puede ser publicada durante 72 años, como el nombre de la persona, empresa u organización, la dirección o el número de teléfono. Otro nivel de leyes prohíbe el uso de los datos de cualquier manera contra el individuo que respondió.
Yang señaló que su línea telefónica directa para la Comunidad de Asiáticos y del Pacífico en varios idiomas es un recurso crucial para responder a sus interrogantes: 844-2020-API ó 844-2020-0204.
Otras comunidades comparten la misma preocupación por la privacidad. Se trata de una cuestión muy importante en las comunidades negras, dijo Green, de la Liga Urbana, cuyos 90 afiliados trabajan arduamente para asegurar a sus miembros la seguridad de los datos y la importancia de la participación.
“Estamos luchando para asegurarnos de que la población negra, incluidos los inmigrantes, no pierda terreno, ya sea en el ámbito económico, político o de los derechos civiles”, subrayó. “Hay mucho en juego y les pido que visiten la página makeblackcount.org para saber más sobre nuestros esfuerzos”.
Licia Maddox, Vicepresidenta de Asuntos Externos del Congreso Nacional de Indígenas Americanos (que también incluye a los nativos de Alaska) dijo que las naciones tribales de todo el país presentan un desafío especial debido a las restricciones que han impuesto al acceso a sus tierras, debido al Coronavirus.
“Estas comunidades a menudo no tienen acceso a Internet y a la banda ancha para responder en línea, y estas nuevas medidas de seguridad hacen imposible que los encuestadores las visiten, aparte que retrasan la entrega del correo”, dijo Maddox. “En estos momentos estamos trabajando con diferentes grupos para elaborar planes y aumentar el contacto comunitario y la campaña publicitaria”.
Lizette Escobedo, Directora del Censo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos y Electos (NALEO) invitó a los latinos a llamar a la línea telefónica bilingüe español-inglés 877 ELCENSO ó 877 352-3672 donde habrá un operador pagado en vivo respondiendo preguntas de todo tipo y registrando informes de posibles estafadores o desinformación.
La organización ha entrenado a 3500 Embajadores del Censo para ayudar a la comunidad en 15 estados a completar el cuestionario y ha lanzado dos campañas nacionales, “Hágase contar y Hazme contar”, enfocadas en la comunidad latina en general y en los niños menores de cuatro años, que experimentaron un gran subconeto en el Censo del 2010.
Habrá también campañas pagadas en los medios para enfatizar que el Censo no incluye absolutamente ninguna pregunta sobre ciudadanía, aparte de abordar “los temores a la privacidad de los datos y la seguridad cibernética”.
También iniciaron hace dos meses un programa dirigido a las latinas milenarias que dominan el inglés, como persona clave en el conteo.
“Asegurar un conteo preciso parece cada día más difícil por todo lo que hemos mencionado, pero estamos comprometidos a trabajar con los socios nacionales locales y de los medios de comunicación para asegurar que los latinos sean escuchados, vistos y contados en este censo del 2020”, añadió.
Ante la pandemia del Coronavirus, las organizaciones están revisando la forma en que realizan la divulgación para mantener la seguridad de la comunidad.
“Varias organizaciones de base se están movilizando para realizar bancos de llamadas y de texto, porque las oportunidades en persona se han vuelto muy restrictivas en este momento y queremos ejercer cautela”, dijo Yang. “También estamos dejando literatura para dejar en los supermercados, centros comunitarios y clínicas”.
Ditas Katague, de California Complete Count, dijo que el estado ha gastado más que todos los demás estados combinados para llegar a las poblaciones más difíciles de contar y asegurar que todos participen.
“La inversión no tiene precedentes, un total de 172,2 millones de dólares”, dijo Katague. “Tenemos desafíos únicos, una población diversa y un gran tamaño geográfico. Estamos coordinando la mayor movilización de socios en la historia de nuestro estado”.
Los líderes reiteraron que su objetivo general es que todos los californianos entiendan que el Censo no sólo es “seguro y protegido”, sino que es vital para el futuro de todas las comunidades. “El objetivo es asegurar que todos estén invitados y puedan participar en el Censo del 2020”, dijo Beth Lynk de la conferencia de Liderazgo.
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Pilar Marrero es Editora Asociada de Ethnic Media Services